Cuando la suiza Sandra Cesna tuvo en sus manos su primera prueba de embarazo positiva, se cumplió su sueño y el de su marido. Aunque Sandra es estéril, la pareja puede tener hijos. El óvulo procede de una donante finlandesa.
En Alemania y Suiza, estas donaciones son ilegales. Por este motivo, algunas mujeres viajan a España o la República Checa para quedarse embarazadas, ya que en esos países hay muchas donantes de óvulos. La donación allá es anónima, con lo cual el niño no puede conocer a su madre genética después. En Finlandia es diferente: el hijo de Sandra Cesna podrá ponerse en contacto con la donante de óvulos a partir de los 18 años; si así lo desea.
El reportaje muestra con delicadeza las consecuencias de una situación desesperada y una normativa incomprensible para los implicados. ¿Por qué está permitida la donación de esperma, pero prohibida la de óvulos en algunos países? ¿Por qué los donantes deben permanecer en el anonimato, a pesar de los problemas psicológicos que esto pueda traer a los niños afectados? El reportaje también muestra cómo se pueden evitar los traumas. Y cómo un enfoque empático de este delicado tema puede ayudar a los niños y a las familias.
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