Se trata de una mujer de 30 años que nació en una pequeña ciudad argentina llamada Esperanza y que hace varios años fue diagnosticada con VIH, pero que, sin ningún tipo de tratamiento o trasplante de médula ósea, logró curarse. La historia genera entusiasmo entre científicos que sueñan con hallar una posible cura pronto. Entretanto, la paciente, quien hace poco dio a luz a un bebé completamente sano, ha decidido permanecer en el anonimato.
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