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Enviada a Loreto
En un poblado distante en plena selva colombiana, Nidia Manuyana da a luz a su séptimo hijo. Lo hace en el centro de salud de la localidad de Puerto Leguízamo.
Ella es peruana y vive en un pueblo llamado Soplín Vargas, una de las comunidades más alejadas de la Amazonía loretana, muy cerca a la frontera con Colombia.
El único centro de salud de Soplín Vargas no tiene los equipos, materiales y personal necesario para atender a los pobladores. Las puertas se abren a las 8:00 a.m. y se cierran a la 1:00 p.m. "Solo hay un médico y cuando hay una emergencia no hay dónde ir, no hay ecografías, las mujeres mueren en el parto", dicen los lugareños.
Nidia, al igual que cientos de pobladores de Soplín Vargas, prefiere cruzar la frontera para atenderse. "Es un viaje que dura tres horas por el río (Putumayo), pero para ir a Iquitos (Loreto) me tomaría hasta 14 días", explica.
Para cualquier otro servicio que realiza el Estado, como el tramitar el DNI o cobrar Pensión 65, los pobladores tienen que viajar a la ciudad de Iquitos por río o pagar 350 soles para que una avioneta los lleve en una hora.
Otro de los problemas que afrontan las comunidades del río Putumayo son las actividades ilícitas como el narcotráfico, la minería y la tala ilegal que son fomentadas por delincuentes comunes o exguerrilleros de las FARC, quienes captan a los pobladores más jóvenes para la producción de hoja de coca y tala de árboles.
Ahora bien, para mitigar estas dificultades que viven las comunidades de la Amazonía, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) inauguró un tambo en Soplín Vargas, en la zona del Alto Putumayo, y otro en el centro poblado de Nueva-Angusilla.
Estos atenderán las necesidades de la población y acercarán los servicios del Estado, como Reniec, Banco de la Nación, Pensión 65, Qali Warma, Cuna Más, SIS y Pronabec.
Cuenta con servicio de telefonía e internet para hacer más fácil la atención de los pobladores.
Y para llegar a las comunidades más alejadas de la Amazonía, continúa la labor de las Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS). Estas embarcaciones llevan servicios básicos del Estado a los poblados cercanas a los ríos Putumayo 1, Río Napo y Río Morona, con el apoyo de la Marina de Guerra.
Los funcionarios que viajan en las PIAS se internan en la selva 45 días, cinco veces al año, para cumplir esta tarea. El servicio más solicitado a estas misiones es la atención en salud.
En las PIAS se realiza telemedicina que permite a los médicos enviar ecografías a hospitales de Lima o Iquitos y así atender las emergencias.
En estas embarcaciones se han salvado muchas vidas, como ocurrió con la joven María Contreras Marugado, quien gestaba gemelos.
Ella corría peligro de muerte debido a una grave preeclampsia. Fue llevada a tiempo al Hospital Regional de Loreto con el apoyo de un avión de la Fuerza Aérea.
El embarazo adolescente, violencia familiar, casos de desnutrición y anemia, son recurrentes en esta parte de Loreto. Todos ellos son atendidos ahora por los servidores públicos a bordo de las PIAS.
La titular del Midis, Liliana La Rosa, junto con el director del Programa Nacional PAIS, Jorge Moscoso Flores, participaron en el zarpe de las PIAS en su tercera campaña anual para la atención de 49 mil compatriotas.
La ministra anunció que se creará una oficina especializada en políticas de inclusión y desarrollo social en zonas de frontera. Y dijo que las actividades ilícitas se podrán contrarrestar con más tambos y más PIAS.
https://larepublica.pe/sociedad/1291931-barcos-tambos-llevan-servicios-zonas-lejanas-amazonia
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