En estos chequeos médicos, dijo, se les debe descartar
enfermedades como anemia, el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida
(VIH), sífilis, hipertensión, diabetes, cáncer de mamas y de cuello
uterino, entre otras.
“La gestante
debe recibir el paquete básico que permita la detección oportuna de
signos de alarma y factores de riesgo para el manejo adecuado de las
complicaciones que puedan presentarse tanto en la madre como en el
bebé”, indicó.
Ese paquete básico consiste en
evaluaciones que incluyen toma de presión arterial, temperatura, peso,
talla, entre otros. También la detección de factores de riesgo, como
enfermedades anteriores, hereditarias y hábitos nocivos.
Además,
examen de mamas, educación para el auto examen (prevención de cáncer
mama), papanicolao (prevención de cáncer cervical), evaluación
nutricional, entrega de micronutrientes: suplemento de hierro, ácido
fólico y calcio. Igualmente, consejería y pre test de VIH y de sífilis y los análisis correspondientes.
El
especialista en salud debe brindar orientación para que la madre y la
familia reconozcan los signos de alarma que denoten un embarazo
complicado.
También elaborar un plan de parto
con la gestante, pareja, familia y comunidad, para prepararse en caso de
una emergencia o el día nacimiento, acordar quien la acompañará, qué
ruta tomará, dónde se atenderá, entre otros.
Se
les debe aplicar una encuesta para detectar los casos de violencia
familiar o sexual para el apoyo correspondiente, además se le debe
efectuar un análisis de orina para detectar complicaciones como
infecciones y presión alta.
Las gestantes
deben participar del Programa Psicoprofilaxis Obstétrica con
participación de la pareja y la familia, así como toma de ecografía (la
primera antes de la semana 20 y la otra en el III trimestre), exámenes
odontológicos, vacunas contra tétano, influenza y otras y monitoreo
fetal.
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