sábado, 23 de marzo de 2013

Cincuenta mueren al año por tuberculosis en el Cusco

EJEMPLO DE VALOR. Toribio Cereceda es uno de los pacientes que lucha para no ser parte de las cifras de mortandad. Quiso quitarse la vida porque sufría discriminación. Un milagro lo salvó. Ahora es símbolo de la campaña contra la TBC.
 
José Víctor Salcedo. 
Cusco. 

Toribio Cereceda derrotó a la tuberculosis, una enfermedad contagiosa que destruye los pulmones y otros órganos. En su batalla contra el bacilo de Koch (agente causante del mal), perdió el pulmón derecho y también tres años de su vida, que los pasó postrado en cama. No había otra alternativa que la extracción, la bacteria lo había devorado a tal punto que dejarlo en el cuerpo podía acelerarle la muerte.
Su calvario empezó en el 2006. Sin darse cuenta perdió quince kilos, sentía cansancio, malestar, sudoración abundante en las noches, tos seca y persistente y una temperatura por encima de los 37 grados. 
En el centro de salud de Wanchaq le diagnosticaron tuberculosis. Él no tenía idea de cómo se había contagiado. Contraerla es fácil, el infectado la transmite cuando habla o escupe. Si un contagiado no recibe tratamiento, transmitirá los microorganismos a entre 10 y 15 personas cada año.

Toribio se sometió a un tratamiento contra la TBC sensible (que es la que se cura con cierta facilidad) en el Hospital Regional del Cusco. Iba a recuperarse en seis meses, le dijeron los médicos. Todo iba bien hasta la mitad del tratamiento, sin embargo su estado empeoró cuando los galenos ingresaron en huelga. Entonces Toribio dejó de administrarse las pastillas.
Al retomar la curación, se dio con la sorpresa de que la bacteria había mutado al tipo multidrogoresistente. Debía empezar una nueva medicación de dos años y medio si quería seguir viviendo. Hoy ya la ha completado.

LA AMENAZA crece

No todos vencen al mal. Bertha Salas Serrano, responsable del Área de Estrategia Sanitaria Regional de Prevención y Control de la Tuberculosis, mostró su preocupación por la aparición de casos resistentes a los medicamentos. “La TBC no mata cuando es tratada a tiempo”, enfatiza.
Años atrás, en Cusco, solo se conocía la tuberculosis sensible, de fácil curación en seis meses. Ahora se acentúan casos en sus dos modalidades evolucionadas: multidrogoresistente y extremadamentedrogoresistente (letal).

Solo en el 2012, la TBC mató a medio centenar de personas de todas las edades. Además, a la fecha se tienen registrados 800 casos de TBC sensible, 50 de multidrogoresistente y un caso del extremadamente resistente. Salud también identificó a dos policías con TBC en la escuela de Pucuto, otros casos en la Quinta Brigada de Montaña y hay varios universitarios con ese mal.
El caso de TBC extremadamentedrogoresistente fue detectado en Cusco, y por su gravedad, la paciente fue derivada a Lima. Se trata de una mujer de 35 años, madre de dos niños, viuda y pobre.

La especialista explica que la causa de la mutación de la tuberculosis se debe a que los pacientes sensibles abandonan el tratamiento, con lo que fortalecen a la bacteria. “Muchos, por los efectos secundarios de los antibióticos, no resisten y dejan el tratamiento. Pero solo agravan su situación”, refirió.
Toribio agrega: “Es mejor terminar el tratamiento, porque si pasa a la fase multidrogoresistente, las náuseas, dolores en la cabeza, ojos y oídos, y otros efectos secundarios de los medicamentos, van a ser peores”.

CAMPAÑA CONTRA la tbc

Toribio Cereceda es imagen de la campaña “Cusco, alto a la tuberculosis”, emprendida por la Dirección Regional de Salud (Diresa) Cusco, para prevenir la propagación de la enfermedad. Trabaja ad honorem, ya que no quiere “que otros vivan mi sufrimiento”.
La Diresa apunta a sensibilizar a la población para que se someta a las pruebas de saliva o esputo, que son gratuitas en cualquier establecimiento de salud. Dicta charlas en varias provincias cusqueñas donde hay mayor incidencia de la enfermedad y el riesgo de contagio es alto. ♣

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