Está
claro que el smog en las ciudades reduce la calidad de vida de las
personas, tanto de forma estética (una ciudad contaminada es una ciudad
fea) como por los problemas a la salud que acarrea. Además, pasa a
llevar el legítimo derecho humano de vivir en un ambiente libre de
contaminación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
determinó que de 91 países sólo 11 cumplen con los niveles recomendados
por la entidad y que de 1.081 ciudades revisadas, sólo 483 son
“saludables”.
Y en este mapeo Chile
no pasó colado. Se encuentra dentro de las naciones con más material
particulado en la región. De los 15 países de Latinoamérica analizados, Chile es el cuarto con mayor nivel de MP10, con 62 Ug/m3, superado por Bolivia (82), Perú (74) y Colombia (71). Costa Rica el más cercano a lo saludable, con 28 Ug/m3.
Según
las directrices del organismo internacional, la media anual de estas
partículas debería ser de 20 microgramos por metro cúbico (µg/m3), y las
13 ciudades chilenas seleccionadas para el estudio duplicaron o
triplicaron la recomendación de la entidad sanitaria. En Rancagua esta medida llega a 74. Santiago se ubica inmediatamente después con una media anual de 69. El informe arroja, además: Antofagasta (55) , La Calera (53), Chillán (52), Calama y Alto Hospicio (50), Temuco, Concepción y Talca (49), Arauco y Valparaíso (43) y Arica con 41.
A nivel general, en el mapa se puede apreciar que los puntos más conflictivos del planeta están en el oriente medio y en China e India.
Pero esto no significa que el resto está bien: en Europa, donde la
mayoría están en verde claro, todavía muchas ciudades siguen teniendo
niveles superiores a los recomendados por la OMS.
Pero
si en algunas comunidades el problema es provocado por la contaminación
que emiten los hogares, en otros países como China e India, los niveles
están altamente influenciados por la presencia de plantas de generación
eléctrica a carbón (como las promoverá el proyecto minero en Isla Riesco).
Es por esta razón que en muchos países estas plantas ya no se utilizan,
pero todavía quedan (quedamos) algunos que no se han sumado a la
generación eléctrica limpia.
Lo grave
es que a nivel planetario, más de 1.3 millones de muertes se producen
al año por causa directa de la contaminación ambiental en las ciudades,
mientras que 2 millones de personas mueren otros problemas de polución.
Bastaría con reducir los niveles de partículas en suspensión PM10 y
PM2,5 para evitar más de un millón de estas muertes.
Las
soluciones para detener la contaminación ambiental tienen que ver tanto
con políticas públicas, como con cambios en la vida diaria de las
personas. En este mapa publicado por la OMS, se puede ver que algunos
países como Botsuana presentan altos niveles de
contaminación, pero en este país, por ejemplo, más que con las
industrias o el transporte, la contaminación la producen en las mismas
casas, utilizando a diario leña o carbón para cocinar y para
calefaccionarse.
Por David Montolio
El Ciudadano
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