Beneficios comprobados por la ciencia. La risa mejora la tensión arterial, da más oxígeno y además con una carcajada liberamos hormonas de la felicidad como la serotonina y la adrenalina, que contribuyen a una sensación de bienestar global.
Payasos hospitalarios. Ellos se apoyan en el juego y la improvisación para conectar con los pacientes enfermos y con sus familiares, pues así los ayudan a sobrellevar una enfermedad como el cáncer, que afecta tanto al paciente como a su entorno más cercano.
Sonrinen. El Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) desde hace casi un año entrena a sus propios clowns, conscientes de la importancia de cuidar el estado emocional de un enfermo de cáncer. “Una persona nunca está 100 por ciento enferma, siempre tiene un porcentaje que quiere seguir jugando, que quiere hacer bromas, que quiere reír y olvidarse de la enfermedad”, señala a RPP Noticias el psicólogo Fernando Lamas, responsable del equipo.
Apoyo emocional. Los payasos voluntarios saben que la risoterapia puede alejar pensamientos pesimistas y depresivos. “Cuando la persona está enferma se concentra mucho en su problema, y el distraerlos por medio de una sonrisa les ayuda”.
¿Cómo es el trabajo de un clown hospitalario?
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