martes, 24 de mayo de 2016

“Mamás canguro” han logrado salvar la vida de más de mil 800 bebés prematuros

El amor que salva vidas: ser un papá o una mamá canguro es más que un método médico cuando un niño nace de manera prematura, es más que darle calor al bebé con el cuerpo. Es una demostración de afecto que cura, que sana y que significa el inicio del vínculo más fuerte que existe en el mundo: el de los padres con sus hijos.

Para que sea un método efectivo, también se les enseña a padres, madres y cuidadores a alimentar correctamente a sus bebés y a reconocer algunos signos de alarma como fiebre, grado de succión durante la lactancia, coloración de la piel o la frecuencia con la que el bebé orina.

El programa de “Mamás canguro” fue creado en 1985. En aquellos años no habían suficientes incubadoras, entonces las madres pasaron a ser las “incubadoras móviles” del bebé.

Como el programa funciona las 24 horas, ellas deben recibir ayuda de los padres o de los familiares con los que comparte su casa, por eso ahora también hay papás canguro, tías canguro y hasta abuelos canguro.

“El programa empieza cuando los bebés ya están estables y no necesitan ventilación mecánica ni medicamentos”, señala el jefe del Servicio de Neonatología del Hospital San Bartolomé, Dr. Wilfredo Ingar Armijo.

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