Lo que ingerimos es un vehículo para la entrada de elementos tóxicos al organismo, los cuales pueden provocar esta enfermedad
La relación entre el cáncer y la alimentación es más que cercana; es estrecha. El comer de forma saludable
puede reducir la incidencia global de esta enfermedad entre un 30% y un
40%, afirma una investigación desarrollada por la organización
Breastcancer.com. Por el contrario, alimentarse mal puede provocar la
aparición de la temida enfermedad.
¿A qué se debe esto?
Por un lado, el comer de forma inadecuada puede causar obesidad,
que es un factor de riesgo para desarrollar un cáncer, especialmente de
mama, colon y endometrio, según comprueban varios estudios. Al
engordar, las personas producen una célula denominada lipocito, la cual
puede provocar las lesiones iniciales que luego devienen en cáncer de
mama, por ejemplo.
Por si fuera poco, el sobrepeso puede hacer que el temido mal sea mucho más letal. El tener exceso de peso aumenta en un 30% las muertes por cáncer, según un reciente informe elaborado por la OMS y publicado en el Día Mundial contra el Cáncer, celebrado este lunes.
Además, “la alimentación es un vehículo para la entrada de tóxicos en el organismo que pueden provocar cáncer“,
según señala, a la agencia de noticias EFE, Francisco Arrieta, doctor
de la Unidad de Nutrición y Dietética del Hospital madrileño Ramón y
Cajal. Cabe señalar que el cáncer de colon, de endometrio y de próstata
son algunos tipos que tienen una relación directa con la alimentación.
Asimismo, el comer de forma inadecuada puede causar que el intestino
se inflame, otro factor de riesgo para desarrollar un cáncer. Lo que
sucede es que ante una inflamación intestinal, nuestro sistema
inmunológico despliega todo su poderío para protegernos, pero nuestras
defensas se podrían debilitar en el control que ejercen en otras partes
de nuestro organismo, provocando que surjan otras enfermedades, explica
EFE.
LO QUE HAY QUE EVITAR Y LO QUE HAY QUE COMER
Por
ejemplo, el disminuir el consumo de sal reduce en un 14% la posibilidad
de sufrir cáncer estomacal, según indica un estudio elaborado por el
Fondo Mundial para la Investigación de Cáncer (WCRF por sus siglas en
inglés).
El usar aceite recalentado también puede provocar la aparición de
algún cáncer, indicó una investigación publicada el año pasado. Al
volverlo a usar, este cambio su composición y se convierte en un agente
cancerígeno y sumamente tóxico. Ten en cuenta también que las grasas y
los productos con hormonas pueden provocar que las células crezcan y se
multipliquen descontroladamente, produciendo tumores.
Sin embargo, también existen múltiples alimentos
que pueden servir en la prevención de esta enfermedad. Por ejemplo, se
recomienda alimentar la flora bacteriana del intestino con probióticos y
consumir abundante fibra.
Las frutas y verduras son altamente recomendables. Estas son ricas en
vitaminas, las cuales “ayudan a formar antioxidantes que favorecen la
buena respuesta de las células ante una agresión”, explica EFE.
El Comercio
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