domingo, 8 de enero de 2012

Tejada: "No es posible que el negocio esté por encima de la salud"

El ministro de Salud dijo que el posible impuesto a la comida chatarra no responde al fanatismo por prohibir el consumo de algunos productos


La propuesta de imponer un impuesto a la comida chatarra en el Perú busca hacer un llamado de atención a la salud pública con el fin de que las personas ingieran comida sana para que vivan mejor, sostuvo el ministro de Salud, Alberto Tejada.
“Nada es malo si de pronto uno actúa con moderación y responsabilidad. Pero tampoco no es posible que el negocio esté por encima de la salud, porque la salud, más allá de ser un derecho, es una inversión”, señaló el funcionario.

En ese sentido, dijo que el planteamiento no responde al fanatismo por prohibir el consumo de algunos productos, sino al afán por promover la armonía y moderación en la alimentación.
“Hay una epidemia de sobrepeso y obesidad. Y hay una carga de enfermedad, tenemos un millón de diabéticos en el Perú, tenemos hipertensión, enfermedad de colesterol, que solamente lo único que gasta el Estado son en medicamentos”, recordó el ministro Tejada.

Como se recuerda, en los últimos días se ha iniciado un debate público luego de que el titular de Salud se refiriera a un posible impuesto a la comida llamada chatarra, ello con el fin de disminuir el consumo de alimentos alto en grasa, sal o exceso de azúcar, como las hamburguesas, papas fritas, pollo frito, pizzas y gaseosas.
Tejada Noriega dio estas declaraciones en el peaje de Villa, a la altura del kilómetro 20 de la Panamericana Sur, en donde encabezó la campaña “Come rico, come sano”.

El Comercio


¿Cuáles son los orígenes de la comida chatarra?(El Comercio)

La explosión del fast food americano cobró fuerza en los años setenta bajo la administración del presidente estadounidense Jimmy Carter

Comida chatarra

ISMAEL BARRIOS ABOGADO (*)

La explosión del ‘fast food’ americano cobra especial fuerza en los años setenta bajo la administración del presidente estadounidense Jimmy Carter, quien cambia los objetivos alimenticios de ese país para ofrecerle a sus ciudadanos variar una dieta basada, hasta entonces mayormente en carbohidratos, por otra en la que se podía consumir más carne.

El modelo tuvo su soporte en el Farm Bill, una ley a través de la cual se subsidiaban diversos productos agrícolas, entre ellos los granos y especialmente la producción de maíz. Al unirse esto a los avances científicos, se rompió el ciclo natural y las cadenas alimenticias del ganado.
Así, por ejemplo, animales herbívoros como las vacas pudieron ser alimentados con maíz. Hoy en día la lista de animales incluye a cerdos, corderos y salmones, e incluso el insumo se utiliza desde los años ochenta para endulzar bebidas en vez de utilizar azúcar. Aun más impresionante resulta el hecho de que las cajas de cartón, los pegamentos o la pasta de dientes pueden contener algún componente derivado del maíz.

Este apoyo tuvo por objetivo central crear comida barata para los estadounidenses más pobres y utilizar de esa manera los excedentes de la producción en calorías de bajo costo. Con ello surgió una nación con gran porcentaje de la población sufriendo de obesidad y problemas de salud.
Al margen de estas razones, ¿por qué se acentúa el éxito del ‘fast food’ en Estados Unidos? Entre otros motivos, esto también se debe a que es un país sin cultura culinaria, sin una identidad nacional que se vea representada a través de su comida.

CASO PERUANO

Por el contrario, en el Perú, en donde existe una identificación por parte del ciudadano con la comida local, ¿por qué el Ministerio de Salud debe proponer una medida tan drástica como gravar con impuestos a la comida chatarra con la finalidad de reducir su consumo?

¿Es un asunto netamente educativo? ¿Tiene acaso que ver con el hecho de que consumir grasas hace ‘feliz’ a la gente y especialmente a los niños? Tal vez se relacione más a que el crecimiento económico peruano ha elevado los precios de los productos de consumo diario y ahora resulta barato para una ama de casa pagarle a su hijo una hamburguesa de S/.5 en un restaurante de ‘fast food’, en vez de comprar los mismos insumos en un supermercado y prepararlos en casa.

[*] LLMen Duke University


Cuáles son los productos que pagarían el impuesto a la comida chatarra (El Comercio)

El viceministro de Salud, Enrique Jacoby, señaló que “los productos naturales” como el “pollo a la brasa” no estarán sujetos a esta medida

Comida chatarra

MARTÍN ACOSTA GONZÁLEZ @martiacosta
Redacción Online


Las hamburguesas son el ícono de la comida chatarra. Un título que se han ganado a puro pulso gracias su poco aporte proteico y a su abundante carga calórica. Sin embargo, al compararla con otro tipo de platillo, como un pollo a la brasa, parecería que ambos son igual de dañinos para la salud, si son consumidos en exceso.

Pese a ello, nuestro popular pollo a la brasa estaría excluido del polémico impuesto que acaba de proponer el Ministerio de Salud. ¿Razón? Según el viceministro de Salud, Enrique Jacoby,” los productos naturales enteros, como el pollo no sufren modificaciones exageradas, ni son ultraprocesados, ni emulsificados, ni producido con aditivos abundantes”, comentó al elcomercio.pe.
Ello nos hace pensar en una nueva pregunta: ¿Qué considera el Ministerio de Salud como comida chatarra y qué productos estarán sujetos a este impuesto ?

QUÉ SÍ Y QUÉ NO
Según un documento de la Organización Panamericana de la Salud, son considerados alimentos chatarra aquellos productos que en 100 gr no excedan los 5 gr de azúcar, 1.5 gr de grasa saturadas o 30 miligramos de sodio. Además de ello no deben poseer grasas trans. Ello infiere que no deben ser sometidos a ultraprocesos, emulsificaciones, ni elaborados con abundantes colorantes ni aditivos”.

Los productos más cuestionados son los snacks, las gaseosas y los jugos con colorantes, que sí o sí estarán sujetos a este popular impuesto ¿Qué pasará con las hamburguesas? En principio el Ministerio de Salud informó que recogerá muestras de los productos que se ofrezcan en restaurantes y fast food, para después de un análisis saber si califican como saludables o no.

Del mismo modo, el viceministro señaló que otros productos como los cereales, leche, pescado, carnes, huevos y semillas también estarán exentos de esta medida. “Los picarones o el suspiro a la limeña consumidos en exceso también son dañinos pero a ellos no se le aplicará ningún impuesto porque no califican. Sabemos de qué están hechos”, comentó.
“En el caso de estos platillos solo vamos a sugerir que consumidos de forma continua y desmedida también resultan peligrosos para la salud. Sin embargo, hay una gran diferencia entre unos y otros: la comida chatarra es una especie de Frankenstein, una cosa inventada, que se elabora con diferentes productos artificiales, saborizantes y resaltadores de sabor. Si nos preguntamos de qué están hechos no sabríamos qué responder”.

PRIMERA PARTE DE LA CAMPAÑA

Jacoby resalta que el impuesto por sí solo no acabará con el problema de obesidad pero ayudará a disminuir el consumo de estos productos indeseables. “Esto irá acompañada de una serie medidas para promover la actividad física y una correcta alimentación”, comentó.
Según señaló la propuesta será estudiada por un grupo de congresistas para ver su factibilidad y a partir de ahí empezar una iniciativa legislativa, que deberá pasar por el Congreso o será sujeta a un debate público entre las partes interesadas.

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